Precursores (3)

Rufino Rodríguez Garza.
Siguiendo con el tema de los estudiosos del arte rupestre de Coahuila, abordaremos a otro norteamericano, el antropólogo Walter W. Taylor, que hizo trabajo de campo en nuestro estado, concretamente en el municipio de Cuatrociénegas en los años 40. Destaca su estudio de las cuevas mortuorias y de las herramientas que los nativos usaron en forma cotidiana: flechas, lanzas, navajas enmangadas, redes, etc.

En menor escala, Taylor tomó nota de pinturas localizadas en los abrigos rocosos de la Sierra de la Madera a la que le dio el nombre de estilo “Jora-Mayrán”, pues desde Cuatrociénegas se acercó hasta San Pedro de las Colonias y a la gran “laguna” de Mayrán.

Walter W. Taylor es autor de numerosos ensayos y algunos libros. En sus últimos años le tocó hacer el trabajo de campo de lo que cubriría el espejo de la Presa del Diablo (hoy Presa La Amistad) en la frontera de Coahuila y Texas.

Para el lado mexicano realizó el estudio pertinente (1960), y el arqueólogo Francisco González Rul aprovechó ese trabajo y lo presentó en su escuela para obtener su licenciatura. Como nota curiosa, este texto se editó como libro en 1991, y fue publicado por el INAH.

Otro extranjero que radica en Monterrey y que ha explorado algunos sitios de Coahuila, es el antrópologo William Breen Murray al que le agradecemos magníficos ensayos sobre el tema de los cómputos, calendarios y herramientas como el atlatl.

Recientemente el gobierno de Nuevo León le publicó un libro con diversos ensayos y diferentes autores, donde él colabora con más textos y hace comentarios a trabajos de otros investigadores sobre el arte rupestre de Coahuila y Nuevo León.

Murray se ha destacado por sus estudios de arqueastronomía, y ha llevado este tema a diferentes foros nacionales e internacionales. Wi- lliam Breen Murray continúa en la cátedra y en la investigación de las antiguas culturas del desierto.

Antes de que Coahuila tuviera oficina del INAH (que fue instalada en la época del gobernador Rogelio Montemayor), llegaron arqueólogos profesionales de los cuales hablaremos en otra colaboración, y no está por demás incluir a personas que dedicaron su tiempo, recursos y esfuerzos en difundir la riqueza arqueológica de Coahuila, tanto en nuestro país como en el mundo. A lo mejor sin mucha técnica, pero eso sí, con mucho amor a los valores de todo vestigio dejado por las tribus chichimecas del norte de México y del sur de Estados Unidos.

Aquí me referiré al profesor Carlos Cárdenas Villarreal, quien desde hace más de 50 años recorre, anota y publica artículos en periódicos, revistas y libros, en colaboración con otros a principios de los 60, y el resto solo.

El profesor Cárdenas Villarreal es originario de Sacramento, profesor de carrera, tanto de la Normal Básica como de la Normal Superior. Se apasionó tanto por el tema del Arte Rupestre, que se volvió referencia obligada de otros investigadores. Apasionado de la cacería, tuvo el valor de abandonar el rifle y la caza para tomar fotografías de pinturas y grabados.

Carlos Cárdenas no tiene una especialidad particular, por lo que nos habla de las líneas de migración de los antiguos habitantes del desierto chihuahuense, de su lenguaje y de sus herramientas cotidianas. También dio a conocer los “jinetes sin cabeza” de Sierra Mojada, municipio de Coahuila, donde en la época histórica, siglo XVIII, los nativos dejaron plasmada en la roca su visión de los intrusos y los españoles, y dibujaron en las mismas rocas detalles de aquel enfrentamiento de culturas.

rufino.rupestre@gmail.com